«LA APARICIÓN». collage y acrílicos sobre tablero. 51 X 52 cms. cuadro realizado junto con Oihana hace ya tiempo.
Cuando terminamos esta obra hace ya casi dos años fue jugar con mi hija lo que más satisfacción me produjo. El resultado no me llamaba la atención. Han tenido que pasar varios meses y fue al hacer limpieza en mi Taller cuando el cuadro me habló y decidí darle importancia. Esta claro que el cuadro no pronunció palabra, pero yo sí que estaba receptivo.
Tuve una aparición: una figura luminosa se levantaba sobre una roca del acantilado en un mar enfurecido mientras el cielo descargaba una tormenta de pintura.
Hoy pienso que todo mi proceso creativo se basa en encontrar sorpresas mientras estoy jugando con la pintura.
Puede ser algo así como ver a algún amigo cuando visitas una ciudad nueva y en la que creías que todo el mundo era desconocido; o que una caricia venga a visitarte en la noche oscura…o descubrir una moneda de 1860 en el camino que se dirige a ese pueblo de montaña…
O quizás, que en el cuadro que has pintado con tu hija aparezca una figura luminosa como si fuera un milagro.
Pero para descubrir milagros hace falta tener la mirada de querer verlos. La pintura es para mi como un entrenamiento para tener esa mirada receptiva dentro y fuera del Taller.
Vivir despacio. Cuando vamos deprisa a todos los lugares estas apariciones pasan desapercibidas.
Y confiar en que los milagros están ahí.
Y si no los encontramos…
¡Los pintamos!