«BASTONCITOS». juego de bastoncillos devueltos por el mar. COSTA DE CAPARICA – PORTUGAL.
«Bastoncitos que me ayudáis a oir,
bastoncitos que me ayudáis a caminar,
desde el caos,
pensando que camino recto…
y siempre en espiral»
Este juego es muy sencillo.
Tienes que ir a una playa, buscar un sitio dónde acomodarte, extender la toalla y desnudarte…
Las playas con mareas vivas son estupendas, pues el mar nos regala objetos insospechados y sobre todo, erosionados por el ir y venir de las olas.
Luego ponte a pasear. Ir en busca de algo y encontrarlo. Pienso que lo importante no es tanto encontrar algo, sino salir en su búsqueda.
En esta playa de Costa de Caparica me paso algo curioso: estaba especializada en bastoncillos para limpiarse los oídos y en velas. La razón, no me la preguntéis…pero creo que se puede hacer una TESIS sobre el porqué. El caso es que pronto descubrí esta especialidad y me puse a recopilar bastoncillos.
El tiempo se detiene mientras estás en ello. O mi percepción es bien diferente, absorto, buscando y encontrando bastoncillos de diferentes colores…
Derrepente veo alla un bastoncillo naranja, diferente a los demás… y me alegro como si me hubiera encontrado un tesoro…vuelvo a ser niño.
Y luego puedes hacer con ellos lo que quieras. Yo me fui con Oihana a la orilla y comenzamos a jugar, a dibujar con ellos en el lugar dónde las olas se pliegan borrando las huellas. Los clavábamos en la arena y en un momento teníamos que salir corriendo porque se acercaba una ola atlántica, de esas que se acercan tronando. Y cuando se replegaba junto a las demás, los bastoncillos se volvían a dibujar en la superficie. Algunos acompañaban a la ola, otros se quedaban dónde estaban.
Al de un rato nos dimos cuenta de que los bastoncillos que se marchaban regresaban de nuevo. Las olas los depositaban algo más lejos de dónde nos encontrábamos.
Dábamos otro pequeño paseo por los alrededores y los volvíamos a coger.
Y otra vez a jugar, a reír y a sorprendernos.
Así de sencillo.
el arte como herramienta 